Para mi no hay mayor satisfacción que ver sonreír a un niño, sobre todo cuando tienes un gesto cariñoso con ellos. Muchas veces son felices con las cosas más sencillas, y a veces su sinceridad puede ser cruel, pero sus ocurrencias pueden ser tan divertidas que no puedes parar de reírte.
A mi me encantan los niños, de hecho trabajo cuidando niños. Es ver un niño y no dejar de sonreír, porque me trasmiten tanta ternura que tengo que decirles algo. Y aunque este mal que yo lo diga, vaya donde vaya siempre tengo un imán con los niños, no sé como me arreglo que siempre termino rodeada de ellos o haciendo amistad con ellos.
He de decir que muchas veces trabajar con niños quema mucho, porque cuando están mal y te desobedecen piensas que has hecho algo mal y que tienes la culpa de su enfado. Pero posiblemente es porque están cansados y lo pagan con quien pillen por delante. Sobre todo cuando los quieres educar como si fueran tus hijos.
Por eso no concibo que alguien les pueda hacer daño y que incluso los abandone tras haberlos tenido en tu vientre. Sino los quieres no los tengas o no pagues con ellos tus frustraciones.
Porque no hay nada más bonito que el cariño de un niño o su sinceridad. Porque para mi son un regalo y aunque sea difícil criarlos para mi dan más satisfacciones que problemas.
Debemos aprender mucho de los niños
Hagamos que los niños sonrían
Pregúntale a un niño su opinión y te sorprenderá su sinceridad e inocencia
A si que hagamos felices a los niños porque ellos son el futuro
Porque los niños merecen ser queridos y cuidados.
Hasta pronto.
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